Cartas de lectores: Emigración, la epidemia del siglo
¡En vez de luchar en un país desconocido, es mejor luchar por la propia tierra y así serás bendecido.
Y la diáspora llega a todos los rincones, de países que ansían encontrar soluciones por las malas acciones de ciertos gobernantes, que quieren que su pueblo los secunde, aun siendo beligerantes. Por el ambiente tenso que frena su progreso, por falta de oportunidades que les niega estudio, un trabajo seguro y por acciones erradas que no acepta su intelecto. Se acabó la esperanza para aquellos que esperan, que la libertad llegue como fiel primavera, que desean la bonanza de su tierra bendita, ahora maltratada por la ley belicista; que hiere sin piedad y mata con sonrisa maldita. ¡Qué pena el mundo actual ..., plagado de malicia! La sociedad no acepta la libertad perdida, ni las leyes dispares, profusas mentirosas, que proclaman al hombre ser menos que una cosa; por eso resentidos emigran endeudados, con llanto y con quejidos, dejando a familia y amigos entristecidos. La patria queda inerte y con el corazón roto. La tierra madre espera que regresen pronto, que arañen sus entrañas y endurezcan su rostro..., y renazca el ayer y hoy, en el paraíso que les dio su latido. Por eso hay que tener paciencia franciscana. A la madre se la abraza, no se la deja sola; hay que bregar hombro a hombro, y nunca se la abandona, para tener un mañana; así seremos cada día mejor persona. Por eso hay que estudiar, aun sin tener escuela, educarse es el lema para tener siempre la mochila llena y aguantar con honor aunque haya dolor; pero no andar deambulante como judío errante. Tanta gente dispersa, tanta gente anhelante de un techo para seguir adelante; pero se precipitan y los vemos sumidos en la desesperación y huyendo. Atravesando ríos y mares, hacinados en contenedores cerrados, vejados, humillados y si llegan a puerto seguro, capturados, regresados a su país de origen, mutilados de cuerpo o alma y empeñados de por vida. ¿Para qué tanto sacrificio inútil en tierra ajena?, cuando los pocos dólares reunidos les servirán para un emprendimiento que les dará satisfacción y contento. ¡En vez de luchar en un país desconocido, es mejor luchar por la propia tierra y así serás bendecido.
Myrna Jurado de Cobo