Cartas de lectores: Ensoñación

¡Quiero sembrar rosas sin espinas!, para que no haya almas peregrinas

Pensamientos sublimes de romántica aurora, vibrando están en mí con alma soñadora. Con la esperanza ardiente y la pasión que late, esperando que reine la paz en todo instante. Quiero ver sonrisas en rostros vibrantes, el abrazo sincero, la mirada radiante y sentir que la vida se llena de alegría. Que acabe la incertidumbre y la felicidad nos deslumbre. 

Es tan fácil amar y tan bello sentir que los que cerca están nos dan fuerza para seguir, pensar y compartir lo que Dios con gran amor y misericordia nos dio para vivir. Que se disipe el miedo, que la bondad domine a cada uno de nosotros para que se fulminen los malos momentos, el dolor y la angustia. 

¡No quiero ver en el mundo más almas mustias! Hagamos el esfuerzo de sentir alegría, darla a todos sin medida, apartar la melancolía y aspirar la fragancia sutil que es vivir la vida. ¡Sonriamos y la felicidad será nuestra compañía! ¡Qué bello es trabajar! Hagámoslo con fe robusta y recibiremos el bienestar, que bañe nuestro ser de satisfacción continua, pues dar es nacer a otra vida profunda.

Mitiguemos penas para tener una vida serena y miremos siempre al cielo para sentir consuelo; soñar es bella melodía que cautiva el alma y nos hace sentir bendita calma. El pesimismo enferma, lacera la vida; hay que soñar en grande para ganar la partida. Hay tanta podredumbre en esta vida agitada que debemos luchar por una nueva alborada. Jugadas del destino cambian el trazado camino, por eso cada día hay que sembrar más. ¡Quiero sembrar rosas sin espinas!, para que no haya almas peregrinas.

Myrna Jurado de Cobo