Cartas de lectores | ¿Qué espero del debate?

El joven candidato, también con opción presidencial, fue de largo explícito en sus planes

Hoy debatirán los candidatos a la presidencia del Ecuador, Luisa González y Daniel Noboa, un debate que genera muchas más expectativas que el realizado una semana antes de las elecciones de primera vuelta electoral y en la cual una de las candidatas con opción presidencial solo se limitó a repetir y repetir: eso “ya lo hizo la Revolución Ciudadana”, pero nunca dijo cuándo o cómo supuestamente lo hicieron. El joven candidato, también con opción presidencial, fue de largo explícito en sus planes, y con la suficiencia de un buen catedrático explicó cuáles son los problemas que agobian al país y cómo haría para solucionarlos en el caso de ser favorecido con los votos de los ecuatorianos, en especial del nicho al cual representa, ya que al tener solo 35 años, representa a ese segmento etario que actualmente corresponde a más del 51 % del electorado nacional. Hoy los candidatos que llegaron al balotaje tendrán el desafío titánico de posicionar sus propuestas y soluciones en beneficio del país y tratar de capitalizar ese pequeño porcentaje de votantes que aún no se decide por las cuatro opciones posibles: Noboa, González, blanco o nulo, y que según varios estudios de opinión están entre el 10 % y 15 %. Espero del señor Noboa lo mismo: un discurso coherente, ecuánime y con propuestas sólidas y sustentadas, que permitan en el corto tiempo que tendría el próximo gobierno, solucionar en especial el problema que más preocupa a los ecuatorianos, la inseguridad ciudadana; y en el caso de la candidata González, representante del correísmo, que nos logre explicar y más que todo convencer, que ese cáncer que se entronizó y se desbocó con políticas socarronas permitidas por la tendencia que ella aúpa, tienen solución a poco, mediano y largo plazo, y más allá de eso, específicamente si ella llegara a Carondelet, si pondría en práctica esas soluciones para tratar de mitigar esa lacra social que nos embarga a todas las familias. En manos de uno de ellos quedará hipotecado el futuro de Ecuador.

Francesco Aycart C.