Cartas de lectores: La estulticia de Verónica Abad

Abad se creó el problema desde el primer día en que prefirió el mercado al almuerzo en Carondelet

El título significa necedad, imbecilidad, sandez o estupidez. La disyuntiva consiste en escoger qué sinónimo le queda a la vicepresidente. Escuchando la entrevista de Lenin Artieda con Abad en Ecuavisa, cuando le pregunta si va a indultar a Correa, no sabe qué decir, se va por la tangente y pregona que sí tenemos justicia, pero de lo que se trata es conocer si actuó bien o mal: desde luego, para juzgar a Correa, ¿a quién más? Pienso que tras mucho divagar, Abad dirá para su capote: ‘en qué lío me metí, carajo’. El odio al presidente, que se aprecia en todos sus argumentos, es el causante de sus titubeos, aquellos que no son válidos para liberar a un pícaro, ladrón y prófugo de la justicia, que con plena libertad anda desacreditando al país por el todo mundo; y si por el otro lado propugna la revisión de la sentencia, sería más difícil, porque la prueba nueva exigida debería ser tan contundente como la de presentar en el juicio a un vivo que supuestamente estaba muerto.

Abad se creó el problema desde el primer día en que prefirió el mercado al almuerzo en Carondelet. La señora se alocó, gesticuló y se golpeó durísimo el pecho a vista y paciencia de la caserita que vendía los perejiles, mientras en Palacio compartían los tragos y abrazos gentes con las que hay que departir nos guste o no. Noboa no toleró mucho y la confinó en Israel a que rumie como fugaz presidenta la venganza que estamos espectando al mirar principalmente a correístas y socialcristianos en libertad, conformando mayorías chuecas en la Asamblea, esas que según las redes sociales cambiaban miserablemente la cabeza de Abad permitiendo su juicio por el indulto de Glas en México y la libertad de Muentes en La Roca.

Todo apunta a que Verónica Abad será la futura presidente porque así dice la ley. Noboa debe renunciar 45 días antes, si pide licencia solo puede ser por un mes y todas las licencias deben ser aprobadas por la Asamblea con 71 votos. Pero Abad puede terminar acusada de concusión y correr la misma suerte que Alexandra Vicuña, Karina Arteaga y Norma Vallejo. ¿Qué hará Abad en 45 días de desquite?

Carlos Mosquera Benalcázar