Cartas de lectores: Exigencias de poner fin a la crisis energética

Las protestas, las amenazas como las del señor Iza, son manifestaciones de orden político con la intención de manipular

Siempre he tenido la impresión de que muchos movimientos sociales se han manejado por personas con poca o ninguna capacidad de análisis. Las movilizaciones bajo la consigna de exigir el poner fin a la crisis energética son un despropósito: demuestran una falta brutal de razonamiento. Para cualquier mente medianamente razonable es obvio que una crisis de esta naturaleza no se resuelve con exigencias, ni con gritos ni con vandalismos. 

Es evidente que las intenciones no son resolver el problema, sino crear caos, buscar protagonismo. Aquí no se trata de buscar soluciones milagrosas, eso solo lo hacen los dogmáticos, los ignorantes. O los que tengan una finalidad política definida, propia o inducida por financiamientos oscuros. 

A nuestro país le hace falta, desde hace mucho tiempo, que la gente sepa, que no conozca solo la problemática sino que tenga conocimientos técnicos necesarios, no como aquellos que se jactaron de saber del tema y construyeron la central Coca Codo Sinclair en la misma vertiente que se encuentran las otras grandes centrales, poniéndola a merced exactamente de la misma contingencia. Una solución a este tipo de problemas no se logra en corto tiempo, debe ser prevista por verdaderos estadistas y verdaderos técnicos. 

Las protestas, las amenazas como las del señor Iza, son manifestaciones de orden político con la intención de manipular la ignorancia. Academia, gremios profesionales, organizaciones civiles, políticos: dejen de lado apetencias grupales o personales, antepongan el bien del ciudadano común.

José M. Jalil Haas