Cartas de lectores | Frenos mentales: rompiendo barreras invisibles

La clave está en reconocer los frenos, cuestionarlos y reemplazarlos por pensamientos que permitan crecer

La mente humana es poderosa, capaz de transformar la realidad para bien o para mal. Por ello es vital ser conscientes de cómo nuestras creencias, palabras y pensamientos influyen en el presente y futuro. Un pensamiento recurrente, si es negativo, puede convertirse en una barrera mental que frena el camino hacia sueños y metas. La mente tiene tendencia a buscar lo que le resulta familiar. Si se repiten mensajes negativos o limitantes, buscará alinear las acciones con esas creencias. Por esto es importante reflexionar: ¿qué ideas estamos dejando que nos definan?

Hace muchos años, a mi hijo mayor, que apenas tenía cinco o seis años, su profesora de francés le comenzó a decir que no estaba apto para cursar el grado en que estaba. Estas palabras tuvieron efecto profundo en él: empezó a olvidar sus materiales, libros y trabajos relacionados con esa clase. Pese a saber lo que debía hacer, algo lo frenaba. El bloqueo era evidente. Lo llevé a una evaluación psicológica para descartar cualquier problema. Los resultados fueron claros: mi hijo estaba perfectamente bien, con capacidades acordes a su edad. Esto confirmó mi sospecha: su comportamiento no era producto de una incapacidad sino del impacto de las palabras negativas de su profesora, que habían sembrado inseguridad en su mente. Con este informe en mano presenté una queja al colegio. El niño continuó sus estudios con éxito, pasó todos los grados de escuela y colegio sin dificultad, y luego completó su carrera universitaria. Esta experiencia me enseñó que si no hubiera identificado y actuado a tiempo, las ideas negativas podrían haberse convertido en frenos mentales que lo acompañarían toda la vida. Estos frenos son invisibles pero poderosos, pueden nacer de palabras hirientes, experiencias dolorosas o de la autocrítica. La buena noticia es que pueden romperse. Reprogramar la mente comienza con el autoconcepto: reconocer que se es capaz, valioso y digno de alcanzar lo que se propone. La paz mental es tan importante como el orden físico. Es necesario cuidar los pensamientos que se dejan entrar en la mente. Alimentarla con mensajes positivos y rodearse de personas que impulsen es un acto de amor propio. Si alguna vez ha sentido que algo lo limita, recuerde: siempre se puede dar el paso para avanzar. La clave está en reconocer los frenos, cuestionarlos y reemplazarlos por pensamientos que permitan crecer y avanzar hacia una vida más plena y feliz.

Teresita Sandoval