Cartas de lectores: El futuro está en cada uno de nosotros

Una vez más el destino del país no debe estar en manos de unos pocos. El futuro está en cada uno de nosotros

Ecuador enfrenta un 2025 cargado de retos, tras un 2024 marcado por la incertidumbre, violencia y abandono institucional. El país se encuentra ante una oportunidad crucial para definir su futuro. El 9 de febrero no será un simple día electoral, sino un punto de inflexión en que debemos elegir entre retroceder a una década nefasta donde la mayoría de sus abanderados están tras las rejas o huidos, o dar un empujón hacia la reconstrucción nacional. 

El gobierno de Daniel Noboa ha intentado proyectar estabilidad en medio del caos, pero la magnitud de los problemas que enfrentamos va más allá de la capacidad de un solo líder. El crimen organizado se ha consolidado, afectando la seguridad pública y las instituciones. Los municipios y prefecturas, que deberían ser bastiones de solución, a menudo se han convertido en espacios de indiferencia o, peor, de complicidad. 

2025 ofrece una oportunidad única para revertir la tendencia; la elección del líder nacional puede ser punto de partida para reconstruir la confianza ciudadana. A la sociedad le corresponde asumir su rol ciudadano con más seriedad y compromiso; la apatía y desencanto son terreno fértil para que oportunistas y corruptos hagan de la política su manera de llenar sus bolsillos. 

Tenemos todos los votantes la responsabilidad moral de analizar, cuestionar y exigir, no basta con acudir a las urnas por el certificado; es necesario votar con criterio y no permitir que el conformismo sea protagonista de este proceso, peor votar nulo, lo que es una opción válida; pero mientras ese voto por norma electoral sea invisibilizado, es regalar esa herramienta que nos da la Constitución para ejercer el derecho a una verdadera democracia. 

El desafío de Ecuador para 2025 no es menor, pero tampoco insuperable. Los jóvenes, parte significativa del electorado, tienen en la capacidad de impulsar un cambio real, no deben limitarse a ser espectadores en redes sociales, sino ser actores decisivos del proceso democrático. El futuro no está escrito, cada decisión, cada voto, cada acción ciudadana contribuye a construir el Ecuador que queremos. No podemos darnos el lujo de repetir los errores del pasado; 2025 debe ser el inicio de una nueva era en la que el compromiso y acción superen a la indiferencia. 

La historia enseña que los grandes cambios no ocurren desde el conformismo. Tenemos capacidad de resurgir, pero solo si asumimos colectivamente nuestra responsabilidad. Una vez más el destino del país no debe estar en manos de unos pocos. El futuro está en cada uno de nosotros.

Francesco Aycart C.