Cartas de lectores: ¿‘Habeas Corpus’?
En el Derecho Penal Romano el delito es considerado una ofensa
Los individuos que deben pagar su deuda con la justicia recibieron con algarabía la sentencia favorable al señor Terán, cuyo mote lo describe tal cual es. Bajo motivos de salud alterada y ansiedad generalizada pidió a los jueces de la Corte Nacional que se revise su situación. A esto lo llamó ‘habeas corpus’.
Para comenzar el uso y abuso del derecho propinó una bofetada a los intereses de la justicia penal, porque el ‘habeas corpus’ exige la exhibición limpia del cuerpo del detenido. Entonces este recurso sirve ahora para cambiarlo de cárcel, así el cuerpo del reo esté cubierto de corrupción.
En las aulas de la enseñanza del derecho se insistía siempre en lo mismo. La persona que está apresada tiene derecho a pedir su libertad si no hay orden legal de su detención. (Constitucional se llama ahora).
Los contratantes están en la obligación de cumplir lo acordado así se trate de un contrato que perjudique a uno de los acordantes. Los maestros de derecho romano insistían en la frase: ‘Pacta Sunt Servanda’ (los contratos se cumplen). Este último no se lo ha dicho, pero describe con sarcasmo lo que ha sucedido con el Sr. Terán.
En el Derecho Penal Romano el delito es considerado una ofensa, primero personal, luego social. Para ello la autoridad -el Estado- tiene que aplicar la máxima ‘Ius Puniendi’ o Derecho de castigar.
Se ha entendido mal este derecho del Estado por el siguiente: para llegar a minar la eficiencia del concepto de la seguridad pública y bajar la prosperidad hasta donde sea posible, nada mejor que a los individuos con declaratoria y condena de culpa sea dable beneficiarlos dándose el primer paso a la impunidad: derecho de perdonar. El Estado, parece ser, es considerado por estas personas la encarnación básica del humanismo, que prefiere olvidar la ofensa y el daño, sobre todo cuando es institucional.
Le corresponde a la Corte Constitucional redefinir el significado de ‘habeas corpus’ mediante una interpretación exacta a su origen dado en la Inglaterra, que se debatía entre la tiranía y los primeros pasos para la democracia.
Francisco Bayancela González