Cartas de lectores: Hablando de orejas
Vincent van Gogh, el pintor neerlandés, se automutiló la oreja izquierda tras un acalorado disgusto con Gauguin
Es conocida la historia de Malco, el siervo de Caifás, a quien el apóstol Pedro cercenó con su espada la oreja derecha para tratar de rescatar a Jesús de la turba que buscaba apresarlo en el huerto de Getsemaní. El Señor sanó al herido.
Vincent van Gogh, el pintor neerlandés, se automutiló la oreja izquierda tras un acalorado disgusto con Gauguin.
Michael Tyson devoró de un mordisco la oreja derecha de su contrincante, el sorprendido Holyfield, durante el tercer ‘round’ del encuentro boxístico.
Donald Trump perdió una parte del apéndice auditivo derecho durante un acto de campaña, tras recibir un disparo de rifle por parte del veinteañero Thomas Crooks.
A pesar de haber lesionado su oreja, ninguno de ellos perdió su capacidad auditiva. Otras personas, a pesar de tener intactos sus oídos no quieren oír ni entender las verdades eternas contenidas en las Sagradas Escrituras, que con sabiduría advierten en repetidas ocasiones que: “el que tiene oídos para oír, oiga”.
Gustavo Vela Ycaza