Cartas de lectores | ¡Que se haga la luz!

¿Dónde el compromiso adquirido para realizar tal o cual trabajo, por mínimo y sencillo que fuere?

Es el pedido que hacemos todos los ecuatorianos, que cesen los apagones y venga la luz. Pero, ¿qué de la oscuridad, mental y moral, que envuelve nuestras vidas? Esta oscuridad la percibimos a diario en casi todos los miembros y autoridades de las instituciones públicas, que basan sus acciones solo en la coima, el amarre y sacar ventaja del cargo que desempeñan. ¿Dónde quedó la mística de trabajo y responsabilidad que deberían cumplir? ¿Dónde el compromiso adquirido para realizar tal o cual trabajo, por mínimo y sencillo que fuere? Esto no pasa en las instituciones privadas, ahí brilla siempre la verdad. Tienen metas a cumplir y lo hacen con entera libertad y responsabilidad a toda prueba. Las personas designadas realizan su trabajo porque están capacitadas para ello, lo hacen con honorabilidad y eficacia; por eso el éxito del sector privado. Parece que ahora las mentes brillantes no existen, fueron reemplazada por las malas, cuyo fin es hacernos daño y acabar con el futuro. La luz de la inteligencia brilla por su ausencia, dando paso al letargo espiritual, al egoísmo y la iniquidad. Todos quieren salir de la oscuridad, pero de manera fácil, sin preparación, estudio, práctica debida y desconociendo los valores morales y leyes que rigen en todos los ámbitos de la sociedad. Si no hay luz en el alma, tampoco la habrá en la mente; por eso nos invade la oscuridad que tiene al país al borde del abismo. En mente clara, manos blancas y acciones positivas para el bien común.

Iluminemos nuestras vidas con empeño, ya vendrán tiempos mejores. Las hidroeléctricas serán potenciadas para cumplir con su cometido, pero ya es tiempo de buscar más posibilidades y recurrir a la energía eólica producida por el viento, instalando molinos de viento, y a la fotovoltaica con paneles solares. Así desterraremos la oscuridad física, pero la moral se acabará recurriendo a la grandeza del Espíritu Santo, pidiéndole que ilumine nuestro intelecto y nos dé sabiduría para cambiar nuestro errado y nocivo comportamiento.

¡Que la luz de la esperanza, siempre ilumine nuestras vidas!

Myrna Jurado de Cobo