Cartas de lectores: Hay que cambiar desde el hogar y complementar en las escuelas
Un buen nivel de educación es indispensable para tener alumnos preparados y conservar los valores morales, tan venidos a menos. Francisca (Pakita) Kravarovich , declarada embajadora de la Paz por Ecuador, analiza qué hacer desde la Educación. Ella es enfática y realista en sus apreciaciones.
En 2011 cambiaron el sistema educativo y eso hizo que todo se vuelva facilismo para los alumnos. Los padres de familia desde el hogar deben inculcar valores a su hijos y respaldar la labor de los profesores para mejorar la calidad de la educación; sin su apoyo no se conseguirán los resultados esperados.
Fui por muchos años anfitriona de alumnas que venían de provincias a estudiar a Guayaquil por la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y recibí a dos estudiantes que vinieron a la Espol a terminar su tesis de grado.
Sus padres y ellas reconocieron y apoyaron el que en mi hogar se inculcasen valores de respeto, orden, puntualidad, hacerlas sentir parte de mi familia. Algunas culminaron sus estudios académicos, estuve presente en sus graduaciones; mis recuerdos son de afecto y satisfacción por sus logros profesionales y como madres de familias y esposas.
Actualmente todo es diferente. Desean ser profesionales no les interesa unir la educación a la instrucción. No hay orden ni en sus cosas personales, ni en las que yo ofrezco en mi hogar. Mi tarea es muy fuerte, deseo que sean conscientes de que todo lo que hago por ellas es para su propio beneficio: modales en la mesa, usar el plato adecuado, los cubiertos; algo básico.
Reciclo hace muchos años, pero no les interesa dejar las botellas de agua o jugo en el tacho de reciclaje. El orden ni se diga, no consideran que tengo 81 años y gran vitalidad; viven cansadas, dejan todo fuera de su lugar. Todo lo que hago, que no me corresponde, me atrasa en mis otras actividades necesarias, pues sufrí una caída y por recomendación médica debo caminar en una piscina. No logro llegar al comienzo de los ejercicios; no puedo salir si veo mi casa en desorden.
Los colegios deberían dar clases de Urbanidad, enseñar a saludar y despedirse; ellas ya no dicen gracias, se creen merecedoras de todo, sin ningún esfuerzo. Hay que cambiar desde el hogar; que los padres pidan a sus hijos, orden y cuidado en sus cosas y en las ajenas, y responsabilidad. Los adultos mayores somos independientes, organizados, respetuosos y cumplimos con nuestras tareas. Crecimos en otra época, con padres exigentes con nuestra educación. Sin ella no hay preparación académica completa.
Laura Esther Gómez Serrano