Cartas de lectores: La herencia nefasta de un referente negativo
Ha dejado una herencia nefasta para quienes por ignorancia o bajos intereses siguen creyendo en sus prédicas de redentor
Joven, carismático, inteligente y de fácil palabra, irrumpió en el gobierno de Gustavo Noboa, de quien tempranamente se separó por su carácter irascible, que lo hizo poco amigable para sus pretensiones políticas. Rafael Correa se rodeó de un círculo de amigos incondicionales para formar sus cuadros con miras de llegar al poder, para lo cual no estaba bien preparado. Se bronqueó con su jefe pese a que en su primera presidencia hizo gala de no someterse a la disciplina de ningún partido, demostrando su carácter demagógico, sin claros postulados democráticos. Un acto que lo retrató de cuerpo entero fue el de expulsar la base de Manta para dejar sin sustento la política de combate al narcotráfico, lo que fue aprovechado por adherentes y adversarios para que no haya controles que impidan que el flagelo se expanda. Hoy sabemos que el mismo gobierno apadrinó las políticas de tolerancia para el tráfico libre de las drogas, en cantidades nunca vistas en nuestro territorio. Como corolario de esta política permisiva, Ecuador afronta una lucha desigual contra las mafias que manejan toneladas de estupefacientes y dinero sucio, capaz de comprar conciencias, con una justicia sometida a sus malévolos fines de enriquecimiento ilícito. Y mientras el Gobierno se bate en extremas dificultades financieras, las mafias se vanaglorian de manejar ingentes recursos económicos, con lo que prácticamente han puesto de rodillas al gobierno de turno, que recibió una herencia desastrosa y difícil de administrar en beneficio de las grandes mayorías, inermes frente a la imposibilidad del Gobierno de enfrentar una realidad, pese a los esfuerzos para palear una situación que se sale de las manos. El actor intelectual de tanto desaguisado cometido, Correa, lo está pagando en carne propia, pues tiene el deshonroso calificativo de ‘prófugo de la justicia’. Mas sigue dando consejos de moral y buenas costumbres, como si estuviera en condiciones éticas de hacerlo. Ha dejado una herencia nefasta para quienes por ignorancia o bajos intereses siguen creyendo en sus prédicas de redentor, sin tomar en cuenta que por los antecedentes que ha dejado es un referente negativo para las nuevas generaciones.
Bolívar Brito Santos