Cartas de lectores: A la hora de la verdad
Unos curas españoles rezan para que se muera el papa Francisco, contrario a su mentalidad.
Enterado, el pontífice ha dicho a su vez que reza por ellos, sin especificar para qué fin.
Es curioso que esos predicadores de la fe en el paraíso, en vez de afirmar, como santa Teresa, que “tan alta vida espero, que muero porque no muero”, no se alegren de las enfermedades que les envía Dios para que vayan al cielo, sino que, a la hora de la verdad, acuden a las más largas y dolorosas curas para retrasar el momento en que irían a gozar en serio y para siempre.
“Haz lo que yo hago, no lo que te digo”.
E. Novas Soler