Cartas de lectores: Trabajo por horas
En la Consulta Popular, Noboa desempolva los contratos a plazo fijo y por horas que estuvieron vigentes hasta hace unos años
El trabajo es más que un derecho, un factor decisivo en la continua evolución biológica y social de la especie humana. Desde tiempos remotos, con la aparición de las sociedades clasistas, el trabajo manual, y luego el intelectual, fue encargado a las clases desprovistas de propiedad y poder. A partir del capitalismo este alcanzó la condición de mercancía que se compra o vende a cambio de un salario. En Ecuador el desarrollo industrial tardío, fomentado a partir de la segunda mitad del siglo XIX, provocó la organización y lucha de los trabajadores. Tras la primera huelga obrera de 1922 se instituyó la jornada de trabajo de ocho horas, estabilidad laboral, remuneraciones mínimas, acceso a seguridad social y otros beneficios. Con las políticas neoliberales, hace 40 años las élites caracterizaron a esas conquistas laborales como anacrónicas y rígidas e iniciaron una sistemática contrarreforma de flexibilización laboral para reducir los precios de producción, lograr competitividad en los mercados y atraer inversión extranjera bajo la premisa de generación masiva de empleo. Esa flexibilización no logró los resultados prometidos. Las estadísticas reflejan una relación inversamente proporcional entre el incremento de fortunas de los patronos y la reducción de derechos laborales, en tanto la desocupación y subocupación crecieron: en el país solo una de cada tres personas tiene empleo pleno. Pese a estos datos decidores, el Gobierno insiste en repetir las viejas fórmulas neoliberales. En la Consulta Popular, Noboa desempolva los contratos a plazo fijo y por horas que estuvieron vigentes hasta hace unos años, y los constitucionalizaría para legalizar la sobreexplotación laboral. Los voceros oficiales se contradicen cuando se les cuestiona por el precio de la hora de trabajo, dudan al ser increpados por las vacaciones pagadas y las indemnizaciones por despidos; tropiezan al explicar el futuro de los décimos y fondos de reserva; se avergüenzan cuando responden sobre la futura inestabilidad laboral. Ecuador está considerado uno de los tres países con peores condiciones laborales del mundo; será peor si se impone el régimen de esclavitud moderna en la Consulta Popular. Para tener resultados distintos las políticas públicas deben ser diferentes, estructurales. Impulsar la inversión estatal para reactivar la economía, incrementar el empleo estable y garantizar salarios dignos es una alternativa válida y urgente.
Francisco Escandón Guevara