Cartas de lectores: ¿Por qué Interpol niega algunas órdenes de detención?

Hay políticos que tratan de explotar al máximo el desconocimiento de un pueblo

El hecho de que la Interpol niegue aplicar algunas solicitudes de detención de ciertas personas, especialmente políticos, ha sido utilizado por esos mismos políticos como si se tratara de una petición ilegal. 

Hasta ahora no he visto que los rechazos de Interpol hayan alegado que tal o cual petición no se ejecuta por que se trate de una ilegalidad. Lo más seguro es que no tenga la competencia para hacer declaraciones de este tipo.

Lo que sí se conoce es que muchos petitorios no son aceptados por ser mal planteados, lo que nos lleva a pensar que, en Ecuador al menos, puede haber personas que, estando involucradas en los petitorios a Interpol, tengan algún interés en que dicho petitorio no se ejecute, y, que lo planteen, ya se incompleto o de manera fraudulenta para que no se cumpla. Otra posibilidad es que las personas encargadas de hacer los petitorios desconozcan los detalles de cómo realizar esas solicitudes: las dos cosas igualmente graves.

Por lo tanto, el exhibir como prueba de ilegalidad de una solicitud internacional de detención, la no ejecución de una solicitud d detención a nivel internacional, no solamente que es un afán de engañar al pueblo sobre la procedencia o no de dicha solicitud, peor por motivos de persecución política, si no que se trata o de una presentación mal hecha para que no se ejecute, o de una presentación hecha por personal no capacitado para presentar dicha solicitud.

Igual es el manejo de imágenes como el refugio o el asilo político, que hasta hoy, en algunos casos, se ha tratado de mostrar como un reconocimiento del país asilante u otorgador del ‘status’ de refugiado a una situación de persecución. Si en realidad esa concesión se hubiera dado por ese tipo de reconocimiento, no se debería tener empacho en mostrar el documento que lo confirme.

Hay políticos que tratan de explotar al máximo el desconocimiento de un pueblo, con una pésima educación, que fue proporcionada, en algunos casos, por los mismos explotadores, con la intención de parecer víctimas.

José M. Jalil Haas