Cartas de lectores | ¿Y los jubilados?
La gratitud, compasión y amor a nuestros semejantes constituyen una acción imponderable, humana y profundamente satisfactoria
Se aproxima diciembre, época eminentemente festiva y navideña, sinónimo de emociones diversas: regalos, cenas, amigos secretos, dulces, reuniones familiares, encuentro de amigos, sorpresas y bonos navideños que, de una u otra manera, nos vienen a reconfortar el espíritu y brindarnos un poco de alegría. Lamentablemente esto no sucede con los jubilados, a quienes se les niega este derecho y no se los agasaja de ninguna manera, tomando en cuenta que son forjadores de la patria y protagonistas de nuestra historia. ¿Por qué razón esta, una de las clases más vulnerables, no es tomada en cuenta para agradecer el sacrificio por la contribución de largos y esforzados años de infatigable trabajo para el sostenimiento y progreso de la patria, y brindarles, al menos, unos minutos de sosiego y regocijo? Sería un enorme aliciente proporcionarles un bono navideño, aunque de manera simbólica, para que estas festividades no pasen desapercibidas. La gratitud, compasión y amor a nuestros semejantes constituyen una acción imponderable, humana y profundamente satisfactoria.
Fabiola Carrera Alemán