Cartas de lectores: Un juez valiente

Varios migrantes que han cometido delitos fueron detenidos y ya algunos han sido deportados a México

El 47 presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió sus amenazas y ni bien asumió el cargo firmó una avalancha de decretos que echaron abajo la era de su antecesor. La inmigración fue su bandera de campaña y ha sido su estandarte en la primera semana en el cargo. Una de esas órdenes ejecutivas firmadas anulaba la nacionalidad estadounidense para niños nacidos en territorio norteamericano hijos de inmigrantes irregulares. La respuesta demócrata no se hizo esperar. En conjunto 18 fiscales generales de estados azules presentaron demandas en tribunales federales para anular la disposición trumpista. El fiscal general de Connecticut William Tong lo ilustró así: “La 14ª Enmienda expresa claramente lo que quiere decir: si uno nace en suelo estadounidense, es estadounidense. Punto final”. Las redadas del Servicio de Inmigración se iniciaron en ciudades demócratas consideradas santuarios: Boston y Chicago. Varios migrantes que han cometido delitos fueron detenidos y ya algunos han sido deportados a México. E curioso que un juez federal de distrito, John C. Coughenour, republicano, emitió una orden de restricción de dos semanas que impide que la administración #Trump avance en un esfuerzo por poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento para hijos de inmigrantes indocumentados y visitantes extranjeros. El valiente juez, del mismo partido del presidente, calificó el decreto del mandatario como el más inconstitucional que ha visto en sus cuatro décadas en el tribunal. “Esta es una orden flagrantemente inconstitucional. Llevo en el banquillo más de cuatro décadas y no recuerdo otro caso en el que la cuestión planteada sea tan clara como en este. Me cuesta entender cómo un miembro de la abogacía puede afirmar inequívocamente que es una orden constitucional”, sentenció. Todo parece indicar que el único contrapeso que tendrá el mandatario será el poder judicial, llamado a controlar excesos de los otros dos poderes (ejecutivo y legislativo). El juez Coughenour, ejemplo de justicia, demuestra que alguien de un plumazo puede detener al menos un instante a Trump.

Pablo Virgili Benítez