Cartas de lectores | Ladrones

Hipócritas, mentirosos, seductores de inocentes, hechiceros del mal

Una especie de humanoides se está apropiando del país. No se sabe si su ADN es demoníaco o la crudeza del medioambiente torció su genética hasta convertirlos en lo que son. En una hipotética escala del mal se presentan en diversas categorías: los más numerosos son ladrones de poca monta, granujas que acechan a sus víctimas hasta arrancharles chaucheras y celulares. Incluye a pirómanos asalariados que matan la naturaleza para satisfacer instintos infernales. Un escalón arriba están los ladrones más ociosos, que venden ‘vacunas’, amedrentan a comerciantes y les ofrecen protección antidelincuencial. Arrojan explosivos y disparan contra quienes los rechazan. Más alto en la escala están los ladrones de mandos medios, los más sigilosos; se apropian de lo ajeno abusando de su cargo. Viven disfrazados de corderos y ocultan sus rostros de lobos despiadados. Hurtan a manos llenas y entorpecen el progreso de la sociedad. En un nivel superior están los políticos cleptómanos, los hampones y la hez social. Andan siempre emperifollados y acicalados para ocultar sus ennegrecidas almas pletóricas de maldad y podredumbre. Hipócritas, mentirosos, seductores de inocentes, hechiceros del mal. Viven en mansiones, andan en autos blindados, usan relojes de lujo y se pasean con el cuello erguido. Roban la paz social, se burlan de la justicia, saquean la esperanza de los pueblos y las riquezas de la nación y se hacen llamar salvadores de la patria y perseguidos políticos. Jamás devuelven dineros mal habidos. Son el grupo de mayor crecimiento, el más nocivo y peligroso.

Gustavo Vela Ycaza