Cartas de lectores | ¿Qué le espera al país luego de esta sequía?

La sequía actual se asemeja mucho a la del siglo pasado cuando tuvimos falta de agua por más de 30 años

En los últimos tres años hemos sufrido uno de los peores estiajes con niveles de precipitación menores a la media en alrededor al 30 %, que afectan gravemente, de manera primaria al sector eléctrico, cuyas consecuencias influyen negativamente en la población. La crisis energética actual es similar a las de 1992, 1993, 2009, cuyo denominador común, a más de la falta de agua para las hidroeléctricas, es la irresponsabilidad de los gobiernos que antecedieron a las crisis, que no se preocuparon por mantener un parque térmico.

Pero a nivel nacional también padecemos por la falta del líquido vital para cubrir la demanda para uso humano, riego, control ecológico y salino. Un panorama cuasicatastrófico, con consecuencias difíciles de predecir, que se inicia con éxodo de gran parte de la población del sector rural hacia centros poblados, que en ocasiones se traduce en lo contrario por la crisis generalizada y por los niveles de inseguridad, en particular en zonas marginales de las ciudades más pobladas.

La sequía actual se asemeja mucho a la del siglo pasado cuando tuvimos falta de agua por más de 30 años (hasta fines de los 60), en cuyo periodo se creó, en 1965, Cedegé, institución descentralizada y desconcentrada, como parte de una esperanza para alcanzar el desarrollo económico y social de la región, inicialmente con el objetivo primario de desarrollar el Proyecto de Propósito Múltiple Daule-Peripa (Jaime Roldós Aguilera), que sirvió de base para desarrollar el aprovechamiento y control del potencial hídrico disponible en la cuenca del río Guayas, cuyos resultados están a la vista y cuyos beneficios son evidentes en las áreas de influencia de los proyectos ejecutados que se expanden a Manabí y Santa Elena. Es difícil salir de esta crisis emulando lo del siglo pasado por un decreto de 2009 que fusiona por absorción a Senagua y Cedegé , dando paso al Estatuto orgánico por procesos para la organización y funcionamiento de organismos desconcentrados de gestión de los recursos hídricos por demarcación hidrográficas o cuenca (que en materia de recursos hídricos ejercía Cedegé) y que es un monumento a la centralización y concentración de las decisiones respecto a la gestión del recurso hídrico en el país, con consecuencias evidentes. Retrocedimos cerca de 50 años al reeditar con nuevos nombres lo que antes fue la Caja de Riego y el Inerhi, que terminaron absorbidos por la burocracia que ni hacía ni dejaba hacer, tal como ahora.

Jacinto Rivero Solórzano