Cartas de lectores: Ley podría ocasionar más perjuicios que beneficios
El sentido común señala que el legislador debe ocupar sus valioso tiempo y criterio en crear leyes de verdadero beneficio
Un novedoso proyecto de ley buscaría normar los derechos de los animales sintientes; muy plausible. Sin embargo, propone una división entre animales humanos y no humanos y una clasificación entre racionales e irracionales redundante, y construcciones gramaticales tautológicas como: “Provocar afectación a un animal no humano …como consecuencia de una afectación…”.
Sutilezas aparte, el proyecto aporta motivos de preocupación o extrañeza, pues existen artículos, como el 35, de Prohibiciones específicas, que sancionaría “Comercializar en espacios públicos la leche cruda extraída directamente del animal no humano”, disposición que eliminaría una ocupación tradicional, habitual en el país: el expendio de leche de burra o chiva, apreciado por numerosos consumidores que se verán privados de su degustación, arrojando a la desocupación al humilde vendedor. También se prohibiría la exhibición pública de animales faenados y cocinados y hasta la cocción de cangrejos y langostas, lo cual raya en lo insólito, perjudicando a mercados y restaurantes, pues no podrán publicitar sus productos, y el consumidor tendrá que adivinar qué clase de proteína va a comprar o servirse.
Pero estas disposiciones, que resultarían jocosas, se tornan alarma cuando leemos que según el art. 49.- Infracciones muy graves. - Se consideran las siguientes: ...“f Someter a los animales no humanos destinados a *trabajo u oficio a actividades que pongan en riesgo su vida, sean estresantes, tales como exposición a gases irritantes, lesiones con armas…”.
Esta disposición podría ser aprovechada por interesados para impedir el uso de perros amaestrados en la detección de drogas o explosivos y la participación de policías montados a caballo para controlar manifestaciones o desmanes. El sentido común señala que el legislador debe ocupar sus valiosos tiempos y criterios en crear leyes de verdadero beneficio ciudadano y no distraerse en la elaboración de resoluciones o propuestas que, mal interpretadas o aplicadas con aviesa intención, podrían favorecer a grupos que con sus acciones hacen tanto daño a la sociedad.
Teófilo Villón