Cartas de lectores | Liderazgo, comunicación...

Un presidente, si aspira a ser líder y estadista, debe tener los mejores asesores

El líder debe ser un buen comunicador, cuidadoso al hablar y respetuoso de las personas. En los años ochenta y noventa, en universidades de los EE.UU. eran frecuentes y hasta obligatorias las materias de Liderazgo, Comunicación Efectiva y Relaciones Humanas. Suponían que quien iba a desempeñar cargos de importancia debía ser, a más de educado, culto, preparado, un líder que motive, que inspire confianza y sea un buen ejemplo, para que su visión se transforme en metas y en objetivos. Para ello debía saber comunicar, argumentar, convencer y vender ideas.

Junto a la buena comunicación debía estar el respeto al pensamiento, ideas y opiniones ajenas, porque la comunicación es de doble vía. Hay cosas que hay que decir y otras que no; hay que respetar la dignidad y la honra de todas las personas, de la misma manera que queremos que nos respeten. Cuando un líder se equivoca -nadie es perfecto- debe pedir disculpas lo antes posible y hacerlo sinceramente, para evitar que el problema se agrande y luego sea difícil solucionarlo. Reconocer los errores es de personas decentes y de caballeros. “Para hacer bien las cosas se necesitan dos dedos de frente, dos dedos de decencia y uno de sentido común, iniciativa, voluntad y decisión...”.

Un presidente, si aspira a ser líder y estadista, debe tener los mejores asesores, colaboradores y ministros que lo ayuden a pensar y a decidir de la mejor manera para beneficio de todos los ciudadanos; y que le digan ‘no’ cuando haya razones: la lealtad del no.

Francisco Almeida Caviedes