Cartas de lectores | El bien y el mal en competencia

El mal basado en engaños y dádivas al granel, quiere convencer a incautos, gente buena pero que cree en promesas

Bien y mal galoparon de forma radiante, buscando ambos tener el triunfo en ese instante. Pidiendo votos por todo Ecuador, que sufre por bandas criminales que hoy acechan con furor; unos acertaron, otros no. Sin paradigmas ligeros que avalen autoría, unos votaron en paz, otros con algarabía; pero pensando en ganar las elecciones, que al país dejaron callado, contrito y con mutilaciones. Sabemos de siempre que el organismo rector es famoso por su oscuridad, dudosa su veracidad. El timonel ha pasado más de un año luchando desde todo escaño con la frente bien alta y con decoro; contra tantos avatares del tiempo, horrores y errores sembrados y que dejó la década robada, pero le echan la culpa de todo, esto es una canallada. El caballero en cuestión y el bien que representa, tiene armas a montones que no matan, sino que son solución. Viene de una familia digna de gran trayectoria laboral, de ayuda humanitaria, conocida en el país y que atravesó fronteras; por eso es conocido afuera, garantía latente para un país decadente. No es más gente el que lacera, sino el que respeta a todos y da la satisfacción de un camino dichoso, donde brille la libertad, trabajo, paz, salud, democracia para lograr un futuro hermoso. El mal llevado por quien representa lo peor; la tenaz eliminación de valores éticos, morales, religiosos, cívicos, para que el pueblo viva en ignorancia y corrupción; aupado por aliados al socialismo siglo XXI, comunismo, a Maduro, al narcotráfico, vandalismo, guerras y a todo de lo mismo, una pésima elección que llevará a Ecuador a la total destrucción. El mal basado en engaños y dádivas al granel, quiere convencer a incautos, gente buena pero que cree en promesas y disfruta aun sin ver; tal es su desesperanza y algunos carecen de culpa, no saben qué camino escoger. El que regala lo ajeno es ladrón consumado, luego les tocará a ustedes y quedarán esquilmados; por eso no apoyen nunca al mal que es traicionero, está enquistado y es mal agüero. El bien paz traerá aunque lo haga poco a poco, pero brillará en la tierra y sin declararse loco. Tanto horror y pena incrustados en la conciencia, por eso a Dios pedimos clemencia para dar el voto al que debe merecer, nunca al mal que nos hará padecer.

Myrna Jurado de Cobo