Cartas de lectores: El maltrato a Verónica Abad
Al final, solo Dios decidirá sobre este tema
“A las mujeres no se las toca ni con el pétalo de una rosa”, una enseñanza de nuestros mayores. Definitivamente hay un fuerte maltrato sicológico para Verónica Abad. Y no se ve la solidaridad de género por ningún lado. Aparte, una grave ofensa a la mujer cuencana. Y lo más grave, si hoy le tocó el turno a ella, mañana a quién le tocará en el próximo gobierno, a quien se atreva a ser la nueva vicepresidenta ecuatoriana. Ahí está el gran dilema.
¡Qué pérdida de tiempo, dinero, y sobre todo desgaste mental, solo para querer destituir a la señora vicepresidenta constitucional!
Primero. Si el sueldo de la funcionaria lo paga el pueblo ecuatoriano, quien la eligió mediante su voto en las urnas, entonces solo el mismo pueblo debe decidir si ella se debe mantener en el cargo con su voto libre y voluntario.
Segundo. ¿Cuál es el pánico que genera que asuma la presidencia mientras dure la campaña electoral? “El que no la debe, no la teme” (refrán popular),
¡Déjenla tranquila a Verónica para que cumpla su mandato y se acaba el problema. Y para quien sea elegido el próximo presidente del país, por favor señores candidatos, vuelvan a poner las cosas en orden. El cargo de la vicepresidenta es para reemplazar al presidente cuando se ausente.
Si hubiera una pizca de inteligencia, sabiduría elemental, sentido común y buena fe, mejor es dejarla encargada de la presidencia, nos guste o no nos guste.
Al final, solo Dios decidirá sobre este tema.
Mayra Camposano Costa