Cartas de lectores: María José Pinto, el rostro de la conciliación
La división, antagonismo y polarización son habituales en los procesos electores; no quiere decir esto que estén justificados, pero son el momento en que alcanzan su clímax; más aún desde hace casi 20 años, cuando entró en escena el correísmo, corriente que sigue lacerando las instituciones públicas y que ha sumido al país en la corrupción. Si bien existen cuadros intelectuales y políticos que valen la pena, como movimiento político mientras siga bajo la penosa directriz del prófugo, buscará atender intereses particulares por sobre los nacionales. Ya con el gobierno electo del presidente Noboa debemos virar la página y seguir adelante, el país lo requiere a gritos; sanar las heridas de la confrontación es vital. En los últimos días vemos a la vicepresidenta electa María José Pinto con apariciones en redes, que en un comienzo generan sorpresa pero se trata justamente de parte del guion (hacer una breve parodia) y brindar un mensaje de que dejemos el conflicto atrás, un llamado a una oposición reflejada en Revolución Ciudadana (RC) a que deponga actitudes y baje el nivel de tensión que el país aspira a dejar atrás, y enfocarse en lo importante. La estrategia del Gobierno es acertada: (1) dar más espacio comunicacional a la segunda mandataria, a diferencia de la situación con la anterior, dando al presidente un espacio menos de conflicto; (2) que un rostro fresco quien brinde el mensaje de unidad, no porque el presidente no sea capaz, sino porque debió hacer frente a muchos problemas, con costo político; (3) la segunda mandataria electa afianza el mensaje con los jóvenes y demás grupos (no necesariamente votantes de ADN) de que es momento de reducir la confrontación (por ej.: la felicitación al cantante de música urbana Jombriel, que participó en los cierres de campaña de RC) por sus logros, además de augurarle éxitos y que como ecuatoriano debemos apoyarlo; (4) los interlocutores de RC (los mismos de siempre, Correa y compañía) se prestan a desacreditar el proceso eleccionario más observado de la historia republicana; y (5) permitir enfocar al presidente en otras actividades sustantivas de su gestión y dar el espacio pertinente a que la vicepresidente electa haga su recorrido. Esperemos que las líneas comunicaciones sigan siendo claras y que María José Pinto logré el cometido. Seguramente así será, pues el deseo ciudadano es tener condiciones para salir adelante y eso va en función de que los diversos actores políticos abonen al terreno de la construcción del país que anhelamos.
Jorge Calderón Salazar