Cartas de lectores |La mediocridad: una constante de los gobiernos de turno

¡Ojalá en esta ocasión abramos los ojos para elegir bien a nuestros gobernantes!

Es tan fácil crear tácticas dilatorias, cortinas de humo y otras ‘estrategias’ oscuras para no cumplirle a los ciudadanos lo que por derecho les corresponde: ¡justicia social! La inseguridad, falta de energía eléctrica, corrupción, falta de educación de calidad, de empleo digno, de vivienda, de medicinas en hospitales del Ministerio de Salud y del IESS; impunidad, narcoactividad y crimen organizado siguen siendo los grandes males de Ecuador. Son los gobiernos, desde hace más de tres décadas, y su complicidad administrativa, ya sea esta por ineficiencia o corrupción sistémica, los verdaderos causantes de todos los males que padecemos los ecuatorianos. Más de cuatro décadas de democracia solo nos ha dado más atrasos que avances, siendo la constante la mediocridad, la falta de carácter (ética e integridad) y voluntad política para hacer los cambios que la nación requiere con urgencia; nos dejan al margen de poder superar la grave crisis social, económica y política que agobia a la gran mayoría de habitantes del país.

Estamos a las puertas de un nuevo proceso electoral, esperemos que no prosiga el círculo vicioso, la rueda que pone a unos arriba y a otros abajo por tiempos limitados, pero que comparten la élite del poder, que no solo debe ser detenida sino destruida, para lograr el bienestar colectivo de los ciudadanos de este maltratado y empobrecido país.

Para recuperar la esperanza que nos ha robado nuestra clase política tradicional, pienso que no existe una opción hasta ahora entre los 16 binomios presidenciales que se han postulado. No nos dan la esperanza de que van efectuar los cambios que la patria necesita con urgencia; que al menos nos permita visualizar alguno de ellos un plan de desarrollo nacional para sacar a Ecuador del estancamiento en que se encuentra por culpa de quienes nos han gobernado por más de tres décadas. Esta es la verdadera realidad del país. En su mediocridad, siempre ha sido una constante de los gobiernos de turno el culpar a sus predecesores de la ineptitud de ellos. ¡Ojalá en esta ocasión abramos los ojos para elegir bien a nuestros gobernantes!

Mario Vargas Ochoa