Cartas de lectores: Mensaje a la nación
Y un pueblo crónicamente desnutrido, desmemoriado, desempleado, abusado y cansado
Emergen hombres y mujeres dispuestos a sacrificarse por la patria chica, a entregar sus modestos conocimientos adquiridos en pocos lustros de vida, y sus experiencias, insuficientes, con tal de recibir el más alto honor que cualquier ecuatoriano puede aspirar.
Muchos figuretis con ego hinchado, vanidad engordada y colosal petulancia mueren de ganas de gobernar un país ingobernable, con un Poder Legislativo que engendra pocas leyes, se pasa boicoteando iniciativas del Ejecutivo y buscando cómo hacerlo caer; un Poder Judicial anegado de corrupción, que libera a culpables y castiga a inocentes, convirtiéndolos en víctimas de los perversos; un Poder Ejecutivo que poco ejecuta, rogando préstamos por doquier, haciendo exiguas obras de beneficio social y descubriendo cada día las tristes realidades que nos agobian, pretendiendo subir al vuelo al desarrollo.
Y un pueblo crónicamente desnutrido, desmemoriado, desempleado, abusado y cansado de ofertas y promesas que nunca llegan. Por alcantarillas citadinas merodean narcotraficantes para comprar adictos, sobornar a la justicia, secuestrar incautos y prometer paraísos a ilusos confiados. Pobre país, cargado de sueños imposibles, con seres inocentes destinados al sacrificio, analfabetos, iletrados y perdedores contumaces, incapaces de negarle a la corrupción su beneplácito. Mientras, el resto sigue esperando lluvias, un rescate de la oscuridad, tener asambleístas sensatos, jueces probos y un presidente que dirija el país por la justicia, la verdad y el honor. Dios salve al Ecuador.
Gustavo Vela Ycaza