Cartas de lectores: La metamorfosis del guayaco
Anhelamos los ecuatorianos que nuestra Perla del Pacífico resurja, como el ave Fénix
Guayaquil recibe con los brazos abiertos a propios y extraños al celebrar sus fiestas, cultura e historia de antaño. Los guayaquileños de la nueva generación son muy frágiles e insensibles, como sus leyes y quienes las aplican, provocando una metamorfosis negativa para la ciudad que los vio nacer. El verdadero guayaco madera de guerrero se está extinguiendo.
Un guayaco antes hacía alarde de su gallardía, hoy abusan de su cobardía; antes vacilaba y era un macho alfa de pelo en pecho plateado, ahora usa un chaleco en su pecho. El guayaco era un picaflor, un galán, un adonis. Antes se alteraba en el tráfico vehicular y pitaba; ahora evita el pito porque lo está filmando el ojito.
El guayaco ordenaba y protegía el hogar, hoy es sumiso y obediente para evitar que su consorte le saque un diente. Evita una trifulca y saca un video y dice: así ya no peleo, por estos hijos de la patria (HDP). ¡Viva mi Guayaquil de antaño!, porque al de ahora le hacen mucho daño. Anhelamos los ecuatorianos que nuestra Perla del Pacífico resurja, como el ave Fénix. ¡Viva Guayaquil!
Javier Valarezo Serrano