Cartas de lectores | Metástasis y Purga: una batalla que alcanza el campo espiritual

“Una oración sin acción nos aparta de la tierra; y una acción sin oración nos aleja del cielo”.

Se escucha a diario sobre estos casos contra la corrupción, que han alcanzado varias áreas de la sociedad civil; pero poco se comenta sobre el hecho de que Metástasis y Purga alcanzaron también el área espiritual. El equipo de Fiscalía denominó Metástasis al caso en el que se investiga el delito de delincuencia organizada porque la corrupción es un cáncer que alcanza a varias áreas de la sociedad, como la Función Judicial, Policía Nacional, políticos y hasta medios de comunicación; y que en paralelo, el caso Purga investiga de manera especializada una presunta red de delincuencia organizada que involucraría al sistema de justicia de Guayas y al Poder Legislativo para favorecer al narcotráfico. En los operativos realizados dentro de estos casos por miembros del Ejército y la Policía se han encontrado varios altares a la Santa Muerte, con fotos de miembros de la Policía que lideran investigaciones puestas sobre ellos; un culto considerado diabólico en un país donde según el INEC el cristianismo es la religión predominante, con 80,45 % de católicos, 11,30 % de evangélicos, y en menor proporción Testigos de Jehová (1,29 %) y mormones (0,37 %). Esto podría influir para ampliar la cosmovisión y perspectiva de combate al crimen organizado en nuestro país. Para los creyentes se ha abierto un campo de batalla para luchar de manera segura y confiada contra tanto mal causado por el crimen organizado. Miembros de las FF. AA. y la Policía acudieron al Santuario de Schoenstatt para ser consagrados a la Virgen María por Mons. Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, el 24 de febrero. Una testigo de este momento cuenta que un oficial amarró a su chaleco la medalla de la Virgen que le regalaron en la ceremonia y expresó: “para que me salve la vida”, a lo que su compañero respondió: “o para que te lleve directo al cielo”. Tal vez sea un buen momento para que todo ecuatoriano creyente y coherente con su vida cristiana se pregunte si está dispuesto o no a ayudar. Como dijo el arzobispo de Guayaquil durante la misa en el santuario: “Una oración sin acción nos aparta de la tierra; y una acción sin oración nos aleja del cielo”.

Estela Zea de Furlato