Cartas de lectores: La mezquindad del hombre destruirá la sociedad mundial
Para ellos lo importante son los resultados favorables para sí mismos, no para el gran colectivo de la sociedad ecuatoriana
Naciones y capitales del mundo están siendo destruidas por la furia y ruindad demoledora humana. El mal triunfará inconteniblemente sobre la Tierra. Muchos sostienen que las enfermedades las crean científicos del mal para vender más medicinas genéricas baratas; también auguran grandes catástrofes ambientales y naturales, como el fenómeno El Niño, maremotos y terremotos; crecimiento de viciosos, pandilleros, violadores y drogadictos.
Al parecer una nueva pandemia podría ser peor que las anteriores, como los cambios climáticos. La escasez de agua, alimentos, medicinas, y posiblemente, un tercer conflicto bélico mundial, con marcada hambruna por falta de recursos debido a fenómenos naturales, observándose un elevado porcentaje de degradación humana, en especial de los jóvenes del mundo.
Caso concreto el de América del Sur, incluido Ecuador, con personas que se disputan cargos presidenciales para llegar a cumplir sus planes, con hechos delictivos, ambiciones desmedidas, pues la mayoría de la población (60 %) está por debajo de la clase obrera, sin trabajo definido, educación con programas escolares, secundarios y universitarios cuyo pénsum académico obedece a la estructura política de los gobernantes de turno.
Un gran sector de la población para sobrevivir se ve obligado a realizar actividades de emprendimiento poco usuales, con jueces corruptos y autoridades sin control, tornándose en marginación social. Muchos ciudadanos extranjeros buscan un futuro desmejorando a los nuestros, que carecen de bienes, servicios básicos. El individuo busca el lucro personal con deseos desmedidos (extorsionando), y lo logrará a cualquier precio. Al no disponer de recursos formales depende de subsidios, caridad y actividades ilícitas, enrolándose en cualquier propuesta, incluso delictiva, que desmejora la sociedad en su conjunto, si lo hace sentir parte de un grupo. Esto tiene impacto en el crecimiento de la población desempleada; más jóvenes sin estudio, trabajo, ni alimentación en las ciudades metrópolis de Ecuador, donde crece una cultura individualista que rechaza la propiedad social, dispuestos a hacerle cualquier daño.
Es una sociedad realmente degradada. La lógica del éxito y lucro personal se transforma en deseos desmedidos, que logran a cualquier precio, ocasionando destrucción y muertes. Para ellos lo importante son los resultados favorables para sí mismos, no para el gran colectivo de la sociedad ecuatoriana.
José Arrobo Reyes