Cartas de lectores: ¡Mi malecón del río!
La Rotonda, santuario de gloriosas hazañas, San Martín y Bolívar sellaron su hermandad
¡Altivo te levantas, mi malecón querido!, abrazando a tu Guayas, que dichoso sonríe, cual buque fiel coloso navegas en el alma, de Guayaquil el puerto que al mirarte revive. Tus mástiles semejan antorchas victoriosas, arrullos de palmeras, brazos que dan amor; con tu traje radiante de sol de primavera, nuestras ansiosas vidas renacen con verdor.
¡Mi malecón antiguo!, tertulias y añoranzas, cotidianos paseantes, niños que dan fulgor; al compás del pasillo resuena el estribillo, de una lánguida música de amor y desamor. Es tu Torre Morisca, emblema de la historia, de epopeyas pasadas que el tiempo no borró y tus muelles se avistan amigables, ruidosos, en honor a la Perla que en ellos se engarzó.
Olmedo hoy sonríe, en su sillón de siempre, lo ilumina el encanto del nuevo malecón. Museos y jardines, comercios, cafetines, engalanan la vida y el arte con amor. ¡Has abierto tus brazos al Ecuador y al mundo! Arco iris de lucha, de progreso, de acción; la gente se deleita al sentir tus cuadernas, tanto que hasta los grillos entonan su canción. La Rotonda, santuario de gloriosas hazañas, San Martín y Bolívar sellaron su hermandad. ¡Nació la Independencia aquel 9 de Octubre de 1820 y la Aurora Plácida brilló con libertad! ¡Mi Malecón querido, embrujo centenario!, los próceres plasmaron en ti la tradición; tienes alma de héroe, legendario velero. ¡Corazón de la patria, pensil de ensoñación!
Myrna Jurado de Cobo