Cartas de lectores | Una mirada íntima a la familia

La familia es la mejor escuela de virtudes, la mejor preparación para la vida

Gibran Khalil en su libro El profeta dice: “Los hijos no son nuestros, son hijos del ansia de la vida, vienen a través nuestro, pero no son nuestros aunque vivan con nosotros; podéis abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, pues sus almas habitan en la mansión del mañana”. Esta enseñanza nos ayuda con los desafíos que enfrentamos. La actuación de adolescentes en hechos delictivos, problemas de drogas, criminalidad, violencia del humano contra la naturaleza, entre otros, están endureciendo el corazón de los seres humanos. La mayor parte de los hijos problemas son consecuencia de padres problemas; se requiere analizar la médula de la sociedad: la familia. Esta es como una planta, da buenos frutos si se cultiva con esmero. Los padres son como el árbol, necesitan cultivarse para cobijar con sus hojas a los hijos; deben ser dignos ejemplos de moralidad, disciplina, rectitud y sobre todo amor. La obra más difícil es el diseño y coordinación de los miembros de la familia, los hijos. Un buen padre es estandarte y ejemplo para sus hijos, su familia y la sociedad. No hay misión más delicada y difícil que la de ser padre y madre; son responsables de la formación de sus hijos, y su éxito o fracaso está relacionado directamente con la orientación que les han dado. La adolescencia hoy es más intensa con la estimulación permanente de computadoras y aparatos electrónicos que han acelerado el desarrollo en áreas como la concentración. Los niveles de atención se han tornado más dispersos, y los valores están sometidos a prueba una y otra vez; pero no se puede desfallecer. Hoy más que nunca debemos reafirmar nuestra fe; redefinir la tarea de la educación, de los maestros y asumir mayor responsabilidad. Una educación que sensibilice a niños y jóvenes y les permita expresar con valentía su indignación ante las injusticias, ante la destrucción del entorno natural, y se emocionen ante la maravilla del crepúsculo. La familia es la mejor escuela de virtudes, la mejor preparación para la vida. En ella se aprenden los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien la libertad. En la familia se educa a la persona.

Sara María Garaicoa Granizo