Cartas de lectores: Los movimientos bancarios deberían estar mejor controlados

La codicia no establece diferencia entre ser traficante de drogas o un individuo que busca salir de pobreza

Las decisiones del primer magistrado, que otro momento hubieran sido reclamadas con dureza, hoy pasan casi desapercibidas, como la derogatoria del Código de Ética; la censura del vocal Fausto Murillo del Consejo de la Judicatura; la eventual entrega de chatarra de Rusia; la deportación de presos a Colombia, entre otras; y el Gobierno ha recibido el apoyo de la Asamblea para la aprobación de leyes de reformas tributarias. ¿Será el principal responsable de que la inseguridad y el narcotráfico hayan llegado a ser problemas nacionales la eliminación de la base de Manta? ¿O nuestra localización geográfica, colindante con Colombia y Perú? ¿O el sistema monetario? ¿O la poca atención que se dio al narcotráfico en años anteriores? ¿O el incremento de la demanda en países consumidores? ¿O simplemente, lo importante que es ser rico para poder tapar todos los pecados? Cualquiera que sea la causa o la combinación de ellas, la codicia no establece diferencia entre ser traficante de drogas o un individuo que busca salir de pobreza, sin que para ello le importe algo ser perseguido por la justicia por los delitos penales cometidos, ya que sin ninguna vergüenza pretenden asomar como “perseguidos políticos”, casi más pulcros que la madre Teresa de Calcuta. Mi sugerencia es que haciendo buen uso del apoyo político que tiene Noboa, exija de la UAFE y de las superintendencias de Bancos, de Cías. y de Economía Popular un control más riguroso de los movimientos financieros, no solo de las pequeñas cuentas, sino de todas, porque como lo señala un funcionario de la UAFE entrevistado por Diario EXPRESO el 4 de marzo p.p., no es posible la compra de una casa con pagos en efectivo “con solamente llenar un formulario y declarar que los fondos son lícitos”. No solo las instituciones citadas cuentan con unidades antilavado, también SRI, Aduana y Policía, y pese a ello, según revista Vistazo del 8 de febrero p.p., en el país se lavarían unos $ 2.000 millones al año, señalando áreas propensas a operaciones obscuras, como empresas de exportación de materias primas, minería ilegal, el ámbito inmobiliario, la compraventa de vehículos y empresas captadoras de dinero en forma piramidal. Grandes bancos internacionales están metidos en tratos poco santos al recibir depósitos millonarios de procedencia dudosa. Basta con revisar publicaciones de Andrés Oppenheimer, Panama Papers o la historia del banquero Roberto Calvi y del banco Ambrosiano.

Iván Escobar Cisneros