Cartas de lectores | Navidad y endeudamiento
Que este diciembre sea de reflexión, consideración y armonía, evitando endeudamiento incensario
Entramos en la recta final para Navidad y fin de año. Sube la tensión de la cabeza de hogar. Comienzan los dolores en el cuello por las preocupaciones económicas de cómo atender los gastos extras de las festividades y complacer con obsequios a los seres queridos. Se activa en nuestro cuerpo la endorfina, químico de la felicidad, al practicar actos de bondad. Tenemos todo el año para planificar, separar algo de dinero para atender este pico de gastos, pero dejamos para último momento salir a comprar juguetes, ropa, bebidas espirituosas, con más endeudamiento. Vemos como meta de vida alcanzar cosas materiales, pero olvidamos la meta real de ser mejor persona cada día. Nos desvivimos por regalar cosas, a veces en compensación a malos tratos que hemos dados a los seres querido durante todo el año. El fin de año no debe verse como algo comercial y de consumismo; es en realidad un año más que pasa, uno más gastado. Cuando le preguntan a un señor qué edad tiene y dice 70 años, en realidad ya no los tiene, ya fueron gastados; posiblemente tenga cuatro por gastar, ya que la esperanza de vida en Ecuador es de 74 años para hombres y 80 para mujeres. Por eso la importancia de disfrutar de la naturaleza y en familia mientras se tenga un día de vida, evitando discordias en el hogar, sin buscar siempre tener la razón en una discusión. Es mejor proteger la relación que dejar un corazón herido. Que este diciembre sea de reflexión, consideración y armonía, evitando endeudamiento incensario. Las deudas terminan alterando nuestra paz mental.
Gunnar Lundh