Cartas de lectores: Navidades empañadas por el agobio colectivo de los ecuatorianos
Es hora de que cada ser humano deje de sentirse miembro de una masa de seres indiferentes sometidos por la desilusión
Estamos a pocos días de celebrar Navidad. Lamentablemente, estas festividades están empañadas por el agobio de 17 millones de ecuatorianos, en desesperanza por la angustia que anida la gran ola delincuencial, criminalidad y violencia social que padecemos, falta de empleo, de un techo, de medicinas en hospitales públicos y privados y el hambre que padecen miles de familias. Esperamos que en esta Navidad nazca el niño Dios dentro de cada uno de nosotros. Es hora de que cada ser humano deje de sentirse miembro de una masa de seres indiferentes sometidos por la desilusión, separados por el discurso oficial. Cada uno de nosotros somos un ser único, distinto e irrepetible; debemos convertirnos en ciudadanos orgullosos de su patria, participando de un destino común, responsabilizándonos por la construcción de un mejor país, obra de todos. Estamos dejando atrás un año muy complejo, de crisis económica, social, política; de lacerante inseguridad, violencia social, femicidios; agobiante desempleo, insoportable corrupción, galopante criminalidad, narcotráfico, drogadicción de niños y jóvenes. Que en esta Navidad 17 millones de estrellas bendigan el alma de todos los que habitamos esta bella nación, con la esperanza de que el Ecuador que anhelamos sea dueño de su propia grandeza. Ojalá , si Dios permite y el gobierno del presidente Noboa hace las cosas bien, que el éxito nos motive y no la desesperanza, temor de ver tanta delincuencia común, ‘vacunadores’ y abrumante criminalidad a la carta.
Mario Vargas Ochoa