Cartas de lectores: La nueva Asamblea
Las bancadas deberán pactar programas básicos que establezcan principios y objetivos comunes
Como en todo cambio de gobierno, esperamos mejores días que alimenten la esperanza de un futuro de paz, trabajo, salud y bienestar. Todo depende de las decisiones que tome el Gobierno y sus instituciones, en especial la nueva asamblea, con 151 escaños, aumentando el número y esperemos que también la calidad. El único requisito para ser legislador es ser ciudadano en goce de derechos, pero eso no garantiza una preparación adecuada. El incremento de escaños debería significar mejores representantes, pero en la práctica ha generado una fragmentación excesiva que obstaculiza la gobernabilidad. Los falsos partidos políticos nombran a personas mediocres, que al exponer una idea lo hacen sin pleno entendimiento, con razones incoherentes, desconocimiento sobre la legalidad de las propuestas. Desde la Asamblea todos deben estar prestos a viabilizar proyectos y propuestas que vayan en beneficio del desarrollo del país, que necesita unidad para darle esperanza y dignidad a todos los ecuatorianos. Al nuevo gobierno hay que darle respaldo, por el bien social, así como la Asamblea, con base en negociaciones idóneas, de diálogo, donde se necesitan 77 votos para constituir mayoría absoluta; las dos mayores bancadas, ADN y RC5, por sí solas no poseen ese número de curules y deben buscar alianzas. Se prevé que, por ejemplo, la labor en fiscalización se verá reducida, ya que ninguna de las dos fuerzas políticas cuenta con la mayoría calificada, 101 votos, para censurar y destituir ministros, entre otros. En primera instancia tendrían como objetivo repartirse posiciones en las comisiones claves. Luego el apoyo podría ser solo coyuntural. Las bancadas deberán pactar programas básicos que establezcan principios y objetivos comunes. Esperamos que la nueva Asamblea (integrantes y comisiones) funcione sin rencor y no esté empeñada en obstruir el trabajo del gobierno de turno, porque simplemente son opositores. Está llamada a resolver los complejos problemas que ignoran por intereses particulares y demagógicos. Se los elige para legislar y fiscalizar, no para que se pongan sueldos de más de $ 6 mil mensuales, más otras compensaciones. Hoy tenemos urgencias que requieren decisiones importantes. La sociedad está vigilante y no permitirá que la Asamblea se convierta en un espacio de negociaciones oscuras. Su única lealtad debe ser con el pueblo, que exige justicia, seguridad, trabajo y desarrollo.
Robespierre Rivas Ronquillo