Cartas de lectores | El nuevo gobierno: ¡la oportunidad de rescatar la política!
El pueblo es el que sufre, el país fracasa
Estimados lectores, creo que todos conocemos que el Ecuador a través de su historia ha tenido una relación promiscua, pervertida e incestuosa con la política. Su manifestación más evidente está en la proliferación de movimientos y partidos políticos desordenados y extremos aliados de un péndulo político que de ideas tiene poco, de proyectos serios menos y de estadistas y tecnócratas competentes casi ausencia total.
En tantos años que gobernaron fueron incapaces de instalar y consolidar una república democrática en libertad y de oportunidades para todos, donde se logre alcanzar la prosperidad y el bienestar colectivo del pueblo ecuatoriano.
El péndulo político que hemos tenido en las últimas dos décadas, desordenado y oportunista, que ha ido de un lado a otro, ha pasado la mayor parte del tiempo en los extremos; de una izquierda socialista, resentida y fracasada que solo generó conflicto y pobreza, al otro, esa derecha elitista, normalmente incompetente y egoísta. Las dos siempre corruptas, liberales y autoritarias.
Lo que no se ven unos a otros, es que unos son la causa y argumento de los otros. Ambos impresentables. El pueblo es el que sufre, el país fracasa. Y aunque no lo vean, los sociópatas que manipulan el sistema terminan siempre repitiendo la historia en un vertedero, sin que se aprenda la lección.
Es verdad que hacer un buen gobierno en estos tiempos de crisis no es tan fácil, debido a que los ecuatorianos hemos construido una clase política decadente e inservible, un reflejo de nuestras élites y una manifestación de quiebra moral de la sociedad.
Los políticos y gobernantes capaces, honestos y honorables son una excepción. Los que tenemos, y abundan, son populistas, delincuentes y aprendices de dictadores.
Para darnos la oportunidad de desarrollo, debe el presidente Noboa firmar la paz con la política. Rescatarla. Volver a ella con una relación responsable, de respeto, basada en la fidelidad, el honor, la redención de cuentas, el sacrificio, la perseverancia. Son las mismas disciplinas que exige la defensa de la libertad y la prosperidad, porque la libertad es el fundamento de la política y el verdadero timón del péndulo de nuestro destino. La causa del fracaso de nuestro país está en la política. Y también, en la política está la solución. ¡Veremos qué pasa más adelante con el nuevo gobierno!
Mario Vargas Ochoa