Cartas de lectores | Las obras que no hace el alcalde de Quito

¿Por qué entonces se puso a funcionar el metro?

El alcalde Muñoz lleva un año en funciones y ya podemos tener una idea de su desempeño. Hay que reconocer que sí ha cumplido, por lo menos, con una de sus promesas. Nos dijo: “He conformado un equipo de administradores de amplia experiencia y capacidad”, y lo ha cumplido. Hoy vemos innumerables gerentes, subgerentes, supervisores, coordinadores, subinspectores, secretarios y muchos otros que, suponemos, están desarrollando un extenuante trabajo administrativo (informes, recomendaciones, documentos de trabajo, reuniones de coordinación entre las múltiples secretarías y un largo etcétera). Con estos antecedentes comprendemos por qué Quito está totalmente abandonado: calles destrozadas a lo largo y ancho de la ciudad, trabajos mal realizados e inconclusos, fugas de agua en todas partes (mientras se suspende el servicio en otros sectores), cantidades de cables colgando de los postes, movilizaciones continuas para realizar las sesiones del consejo “en territorio” con los costos y la pérdida de tiempo que eso significa.

Un comentario aparte merece el metro, obra según el alcalde, de la “robolución ciudadana”; pocos meses después de su funcionamiento, cero mantenimiento y el exgerente general del mercado mayorista nos dice que se está cumpliendo con lo acordado: esto es, mantener quince trenes operativos y tres parados. Por favor, los quiteños no somos minusválidos mentales; obvio, los tres trenes deben estar parados pero en el taller de mantenimiento preventivo y no varados en algunas estaciones sin poder movilizarlos. Al año de estar en funciones, nos dicen que la administración anterior no contrató el mantenimiento. ¿Por qué entonces se puso a funcionar el metro?

Se ha iniciado el segundo año de la actual administración. Se han cambiado las ordenanzas para incrementar la altura de los edificios a construirse en la ciudad. Suponemos que todos los informes técnicos, ambientales, sociales, de movilidad, etcétera, que debe haber recibido el alcalde son positivos y dirán que la red de alcantarillado, el sistema de suministro de agua, la congestión de tránsito y movilidad, la capacidad de las redes eléctricas, todos estos factores serán suficientes para manejar la sobrecarga proveniente del incremento de la población por kilómetro cuadrado. También somos testigos de que se han iniciado algunas obras prioritarias: se han pintado calles en el centro histórico y se ha iniciado la destrucción de la tribuna de los Shyris.

En fin, cosas de la “revolución ciudadana”.

Alberto Rosales Ramos