Cartas de lectores: Obsesión

Es cierto que la Ofelia y Calderón necesitan y se merecen transporte público masivo

Proviene del término latín ‘obsessio’, que significa asedio. Se trata de una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia asalta a la mente. Hay varios tipos. El mejor equipo de fútbol del Ecuador es Barcelona -BSC-, campeón de toda la vida, dicen sus hinchas (fanatismo). Queremos que Correa y su equipo de manos limpias vuelvan a gobernar, dicen sus partidarios (fanatismo). 

Donald Trump tiene la mente fija en cambiar de nombre al Golfo de México (adicción). Contra viento y marea el alcalde de Quito quiere extender el Metro desde el Labrador hasta Calderón (adicción). En una reciente entrevista radial el alcalde Pabel Muñoz anunció que está por iniciar el proceso de contratación de los estudios definitivos para la ampliación del Metro de Quito entre El Labrador-La Ofelia (5 km), además del perfilamiento del proyecto hasta Calderón; igual está buscando financiamiento en los organismos multilaterales, pero no dispone del aval del Gobierno. 

Tiene la licencia ambiental preaprobada y está socializando con los líderes barriales; el sistema es costoso por ser subterráneo, pero es altamente eficiente para el transporte público, dice. Este anuncio da a entender que no tiene la etapa de factibilidad. Directamente va a la alternativa subterránea, sin hacer competir a otras que son más baratas y mejores formas de transporte (aéreo, por ejemplo). Para el financiamiento, sería mejor que el Estado no preste el aval; una deuda más, en recesión es imprudente. 

Antes de pensar en un nuevo préstamo, la autoridad municipal debe preocuparse en hacer rentable al Metro de Quito. Actualmente apenas tiene el ingreso de 150.000 usuarios/día, lejos del estimado en diseño, de 400.000. Los quiteños debemos subsidiar 45 millones de USD al año, sin contar con el pago de la deuda para la construcción. Es cierto que la Ofelia y Calderón necesitan y se merecen transporte público masivo, pero no necesariamente el Metro; hay sistemas más baratos, obsesionado alcalde.

Marco A. Zurita Ríos