Cartas de lectores: La Orquesta Municipal y su gran labor cultural

La música es cultura, es arte; sería un gran regalo para los niños y sus padres

Como guayaquileña apoyo el arte en todas sus manifestaciones. Soy asidua al Centro de Arte León Febres-Cordero, el teatro de la ciudad, donde acudo a escuchar a la Orquesta Municipal con sus invitados especiales, en muchas ocasiones con apoyo de la Garza Roja. La orquesta, junto con el gran violinista Jorge Saade, ha dado ya varios conciertos en las iglesias de Guayaquil, y lo está haciendo en todos sus mercados. Es admirable la labor de motivación en todos los sectores para acercarlos al arte musical. Una labor educativa que si no la hay en escuelas y colegios, la está haciendo el Municipio a través de la orquesta, incentivando a niños, jóvenes y a sus padres a interesarse por la música en sus diferentes géneros. Le pedimos a la Orquesta Municipal y al gran violinista Saade que el mismo proyecto musical lo lleve a los tres parques que tiene Urdesa Central para darles vida. El parque Jerusalén ofrecía música en vivo con la complacencia del público que asistía. Al parque de Ilanes y Costanera ya le dieron mantenimiento; es de grandes dimensiones. Sus árboles tienen muchos años, son frondosos y dan mucha sombra. Tiene también una pileta hermosa que hace años funcionaba, iluminando el lugar con luces de varios colores; le pedimos al Municipio arreglarla. Este parque también es de una gran dimensión, bordea al estero Salado y toda la calle Costanera del Salado; cuenta con tres puertas de ingreso. Sería hermoso escuchar a la Orquesta Municipal y a nuestro gran violinista dándole vida al lugar. Las familias que vivimos cerca tendríamos una gran motivación para salir de nuestras casas, al menos en estos momentos en que los cortes de luz afectan el ánimo de niños, jóvenes y adultos. Si el Municipio de Guayaquil ha visto el beneficio para la población con su proyecto de dar música, incluyan a los parques de Urdesa Central, lo necesitamos. Al parque El Cigarro, en Mirtos y Las Monjas, concurren niños. La música es cultura, es arte; sería un gran regalo para los niños y sus padres.

Laura Esther Gómez Serrano