Cartas de lectores: Patético

La mediocridad es lo que debemos combatir si queremos salir del subdesarrollo

Lo más penoso para un país es que sus políticos muestren un grado de simplismo, rayando en lo ridículo, en accionares que pretenden mostrar habilidades o gran sabiduría. En general, la mediocridad se especializa en accionares como el llamar al Sr. Wilman Terán a la Comisión de Fiscalización para darle la palestra que por sí solo nunca logró alcanzar, y lo más patético, que lo hacen para que haga “denuncias” contra el presidente de la República y la fiscal general del Estado, enemigos confirmados de la presidenta de esa comisión. ¿Puede una persona que en su accionar demostró falta de probidad, corrupción, teatralidad, falta de profesionalismo, tener una pizca de credibilidad? Solo en mentalidades mediocres o totalmente carentes del más elemental razonamiento se pueden albergar esperanzas de que todo un conglomerado social, en el cual sí hay gente pensante, pueda aceptar la validez de estas acciones y sus resultados. La mediocridad es lo que debemos combatir si queremos salir del subdesarrollo, del detestable estado en que nos sumieron gobiernos improvisados y mediocres de más de 15 años. Se debería empezar por elevar la vara en los requisitos de candidatos, para evitar gente sin preparación ni experiencia. Sinceramente, con una bancada que desafortunadamente es la más grande de la Asamblea, se ha constatado que el Código de la Democracia, redactado y aprobado por mediocres a carta cabal, no fue hecho para beneficio del país, sino que tiene la clara intención de mediocratizar a todos, con exponentes que a duras penas balbucean sus nombres, que exhiben argumentos realmente pobres y risibles en sus exposiciones, que en lugar de ser ejemplo de superación individual constituyen el ancla más pesada para hundir en la profundidad más oscura las aspiraciones de superación personal. Sus banderas monotemáticas (la inocencia de condenados, la persecución política), más el agravante de las aspiraciones de impunidad a los ya declarados culpables es realmente patética. Mientras se permita que con uso retorcido de argumentos legales, personas condenadas tengan notoriedad política, el país no progresará.

José M. Jalil Haas