Cartas de lectores: La percepción errada puede causar muerte
Ella está ligada, desparasitada, vacunada y no tiene fiebre ni otros signos de gripe felina, ni enfermedad viral
La transferencia de culpa es una patología sicológica muy fácil de identificar; quien la padece no excluye personas ni animales para asignar la culpa de errores propios. Es el caso de Esposita, una gata que habitó por 10 años en una casa (nueve años con los antiguos dueños y un año mientras el bien inmueble esperaba ser vendido). Diez años no es igual a una hora, por ello es común verla en los exteriores de dicha casa, sin causar daño u ofender a alguien. Esposita fue fiel guardiana del inmueble, pasaba día y noche en la puerta principal; maullaba duro en señal de auxilio cuando veía a alguien sospechoso acercarse. La casa fue vendida y la nueva familia tiene una perra de cuatro años de edad, a la que no le han enseñado dónde evacuar. Han ordenado poner ají para que la gata se aleje y no enseñe a la perra a ser puerca, cuando todos saben que los gatos no evacúan sus esfínteres al aire libre sino que lo esconden en un arenero o en tierra. Veíamos la nariz de Esposita muy irritada y a veces no quiere comer, pero no encontrábamos la razón. Ella está ligada, desparasitada, vacunada y no tiene fiebre ni otros signos de gripe felina, ni enfermedad viral.
La Biblia en Colosenses 3:25 dice: “Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas”. Clamo al Todopoderoso para que su divina sabiduría ilumine y destruya esa percepción errada, solucionando la verdadera causa del problema, en este caso y otros similares, porque hoy es ají, mañana será veneno.
Marysol del Castillo