Cartas de lectores: Un perdón muy diplomático
Jesús no fue nada diplomático, y así acabó
Francisco recibió con un gran abrazo y enorme sonrisa a su compatriota, el presidente argentino Javier Milei; sí, al mismo judaizante que acababa de declararlo como “aliado del maligno” en la reciente campaña electoral. No sé por qué -mentira, lo sé- me he acordado del abrazo diplomático del papa anterior a los dictadores de Cuba y Chile, sin decir ni una palabra a favor de sus bien apellidados ‘sujetos’.
Jesús no fue nada diplomático, y así acabó. Como el otro papa y muchos más, este vicario de Cristo, con su característica ‘viveza criolla’, prefiere estar, hagan lo que hagan, tragando saliva si es preciso, con los de arriba.
Martín Sagrera Capdevila