Cartas de lectores | Políticamente incorrecto

Daniel Noboa no está exento de esta realidad

Apareció un nuevo candidato presidencial, un joven lleno de buenas intenciones, con nivel académico muy alto, pero novel político, para manejar un Estado devastado por los gobiernos anteriores. Todos los gobernantes que han llegado al poder, ya en ejercicio de sus funciones se dan cuenta de que han cogido un Estado en bancarrota por todos lados. Daniel Noboa no está exento de esta realidad; desde el comienzo se vislumbraba falta de conocimiento. Se distanció de su vicepresidenta enviándola a Medio Oriente, zona muy conflictiva, desconociendo que esa no era su función según la Constitución. La Asamblea Nacional, única autoridad sancionadora, cometió un desliz al pedir a la Corte Constitucional que dé su opinión sobre este caso, lavándose las manos muy sutilmente, cuando bien podía sancionar la ilegalidad. Noboa se escudó en sus ministros, pidiéndole a la ministra del Trabajo que sancione a Verónica Abad con 150 días de suspensión sin remuneración, que coincide con su campaña electoral porque tenía terror de dejarle el cargo a la vicepresidencia. Ahora la ministra tiene que enfrentar un juicio político en la Asamblea por arrogarse funciones que no le competen.

Y el presidente sigue diciendo que en 10 meses de gestión ha hecho más que los gobiernos anteriores. Noboa empezó su campaña anticipada ante la mirada oblicua del CNE, que nada dijo. Recuerden que el presidente candidato puso las banderas con su imagen en todo el puente de la Unidad Nacional, entregó vehículos en Guayaquil a la Policía Nacional, cuando fue Guillermo Lasso quien los compró en su gobierno pero no alcanzó a entregarlos. Está recorriendo el país en pueblos y cantones ofreciendo dádivas a los pobres, autorizando que no paguen multas e intereses en sus préstamos, en un país donde cada dólar vale mucho.

Recordemos sus palabras de posesión cuando asumió el poder: fueron apenas once minutos, sin darnos un informe de cómo iba a gobernar. Ha cambiado a casi todos sus ministros, incluso les hacía renunciar para que sean asambleístas. Varios de esos ministros han pasado sin pena ni gloria, como el de Defensa, Economía, Educación, etc.

La miel del poder lo obnubiló y quiere seguir siendo presidente.

Luis Mario Contreras Morales