Cartas de lectores | Posición poco convincente de la ministra de Trabajo
o señalado me recuerda ciertos años en que laboré en el Ministerio de Finanzas
EXPRESO en su edición del 14 de noviembre publicó un amplio comentario con el título de “La ministra y la usurpadora”, en el cual se critica con varios argumentos su decisión de no asumir sus responsabilidades en la sanción a la vicepresidenta por no haberse presentado oportunamente en la nueva embajada a la que se la había designado. La ministra cuenta con una experiencia de más de 10 años como abogada y fue miembro de la sala laboral de la Corte Provincial del Guayas. Tiene una especialización en derecho constitucional. Incluso señala en su curriculum, casi como su carta de presentación, que el derecho laboral “es uno de los derechos sociales más importante, a más de que cree en la “defensa de las causas más justas”. La escuché en una entrevista por TV, donde demostró claridad en la defensa de sus tesis, pero no quiso asumir su responsabilidad en la inhabilitación aplicada a la Sra. Abad, escudándose en que el documento que dispone dicha sanción no lo firma ella sino una de sus subalternas, con lo cual borró, en mi opinión, su prestigio profesional por defender al presidente Noboa y querer garantizar su permanencia en el cargo. Lo señalado me recuerda ciertos años en que laboré en el Ministerio de Finanzas, donde se me propuso primero la Dirección de Fiscalización y luego la de Rentas, que pese a que tenía un rango mayor tampoco acepté. Después de algún tiempo me encontré en el Congreso Nacional con quien me había ofrecido ambas direcciones ministeriales. Yo estaba de asesor y él de presidente de Asoban y buscaba que un proyecto de ley que había presentado otro diputado no sea aprobado porque afectaría las utilidades de los bancos. El informe que me habían pedido elaborar al respecto era totalmente favorable a su aprobación, por lo cual quería que yo cambie de opinión. No lo hice, pese a la deuda de gratitud que yo tenía con él, porque en mi opinión era improcedente. Cuento esta historia porque algo similar era lo que la ministra debía hacer respecto al pedido de sanción a la vicepresidenta.
Iván Escobar Cisneros