Cartas de lectores | Producción para el futuro de Ecuador

Las perspectivas de futuros mercados se derivan del análisis de la tendencia socioeconómica y ambiental global, más para un país dependiente de mercados externos como Ecuador. Es interesante observar nuestro mercado desde su movilidad epistemiológica histórica, de flotas balseras en el neotrópico, incidencias coloniales, exportaciones a ultramar de cacao, banano y camarón, hasta el entendimiento contemporáneo del colapso climático. Experiencias del pasado con otras denominaciones consolidan proyecciones a futuro, como la calidad del producto. Mucho y cada vez más incide el entendimiento de la creciente problemática ambiental. Las corporaciones transnacionales causantes de la destrucción global de la naturaleza tienen el discurso de la magia del mercado, secundada por la magia de la tecnología. Científicos plantean concreta y urgentemente la reducción del consumo desmedido que solo beneficia a una minoría de la población mundial. Las transnacionales creen que la magia generará la tecnología necesaria para reducir el extractivismo y las emisiones contaminantes, que en algo se logró, pero con su lento ritmo, demasiado lejos para darle significancia. Cada ciudadano de percibir este cambio, lo que significa sobrevivencia ambiental y decidir si cree en la magia o en medidas concretas. La población industrializada avanzada pone en cuestionamiento el deterioro de su calidad de vida y busca alimentos orgánicos, sin aditivos químicos ni destrucción de nutrientes en sus procesos de producción. Es tal el cambio de consumo que las normas de alimentos de países industrializados e importadores crecen en exigencias. Ya lo experimentó Ecuador al cerrar la UE una importación pesquera, o China con el camarón; y cada vez más bananeras reemplazan agroquímicos por insumos naturales para obtener la calificación de salud requerida. En Costa Rica ya no se fumiga con avionetas. Quieran o no, obligatoriamente la producción de Ecuador debe aceptar la transición ecológica si quiere sobrevivir en este mundo competitivo, donde prevalece la calidad megadiversa.

Federico P. Koelle D.