Cartas de lectores: Nuestras propias zonas azules

Es sencillo, posible y necesario. Una idea simple pero llena de gratificaciones como frutos

Las zonas azules son definidas como lugares donde las personas gozan de mejor salud y tienen la posibilidad de extender sus años de vida. Cuando hablamos de nuestro entorno inmediato, también tenemos el poder de crear zonas o espacios intencionalmente azules para preservar y promover nuestro bienestar mental, físico y emocional, incentivando la sana interacción con los demás y nuestro entorno. 

Sin redundar en el impacto negativo que la conectividad permanente y las redes sociales han causado a las relaciones humanas reales, hago un llamado a las cabezas de hogar para que en sus casas existan espacios en los que se implanten hábitos de total desconexión de la red, dejando fuera celulares y computadoras. Crear espacios 100 % seguros, desde el punto de vista de enfoque e interacción con el entorno. 

Podemos empezar por un área de nuestra sala, u pequeño balcón o una parte del patio, donde los libros, juegos de mesa y las conversaciones se adueñen del lugar. Incluso podría funcionar manejar ‘horas azules’, con tiempos en los que la familia deposita sus dispositivos en algún cajón, bolsillo o esquina (cuya preparación también puede ser trabajo en grupo de todos). 

Contar con estos espacios dentro de nuestra propia casa, donde podamos dejar que nuestros sentidos respiren y se conecten con lo que los rodea será un tesoro, una herencia que no tiene precio y un escenario de experiencias inolvidables para toda la familia. Es sencillo, posible y necesario. Una idea simple pero llena de gratificaciones como frutos.

Paula Pettinelli