Cartas de lectores: Solo nos queda el emprendimiento
El caso del Ecuador podría ser un paradigma para los demás países de Latinoamérica
Luego de los resultados de las preguntas que ha hecho el Gobierno, donde sus resultados fueron negativos para la contratación por horas para la juventud estudiosa y trabajadora de este país. El Gobierno desea reactivar la economía, por cuanto su riesgo país está en 1200, lo que indica la poca credibilidad ante el concierto de naciones del mundo y ante los organismos internacionales. Las grandes empresas financieras mundiales como el FMI, Banco Mundial, y otros países que a sabiendas de los recursos que disponemos nos otorgan préstamos, pero cuando llegan estos créditos no los emplean en obras para los ciudadanos y por ultimo desaparecen con los gobernantes de turno, que solo roban y mienten. Hoy este gobierno debe apoyar al desempleado, hacer trabajar o funcionar a sus organismos internos, como el Ministerio del Trabajo, la Corporación Financiera Nacional, Ministerio de Inclusión Social, Banco del Estado, Ministerio de Salud, etc., ofreciendo préstamos y atención a los jóvenes que presenten un pequeño proyecto para montar su propio negocio rentable, con préstamos de hasta $ 3.000, que sea avalado por algún familiar, amigo u otras personas, tanto jurídicas como naturales, que desean el bienestar de esos jóvenes y trabajadores que se encuentran desempleados y a los que ahora la mercadotecnia moderna califica de ‘emprendedores’.
El caso del Ecuador podría ser un paradigma para los demás países de Latinoamérica, que solo están esperando que lleguen empresas extranjeras a otorgar empleos a los ciudadanos para obtener ingentes ganancias a costa de los trabajadores, por un salario muy bajo y debiendo trabajar más de las 8 horas. No hay mejor negocio que el trabajo independiente o de emprendimiento, donde se puede trabajar menos horas y tener más ingresos de manera propia.
Los egresados de los colegios y de las universidades pondrían su propio negocio y tendrían la oportunidad de dar más empleo a sus propios familiares o extraños, solo con el deseo de superarse y mantener su propio negocio, y no necesariamente trabajando para una empresa que solo los utiliza para hacerse con más dinero para sus accionistas. Así nadie los perjudica con multas, no pagos a tiempo, salarios bajos, no atención médica (IESS), despidos, etc.
José Arrobo Reyes