Cartas de lectores | La verdad y la realidad
Maduro y sus principales secuaces, Ejército y Policía, deberían sentarse a conversar con la oposición
La verdad es que el dictador Maduro perdió las elecciones en Venezuela. Pero la realidad es que las ganó escamoteando al pueblo su legítimo derecho a elecciones libres y democráticas. Tras una semana del sufragio, el CNE entregó resultados amañados que lo ratifican y le enquistan otro periodo en el poder al autócrata. Venezuela debe acogerse a ello y definir estrategias en pro de un pueblo otrora dueño de una riqueza petrolera y demás recursos que desde el inicio del chavismo se fueron perdiendo. Las promesas de Chávez a fines de los 90 de una refundación nacional no fueron cumplidas. Con la “derecha corrupta” (como dice la nueva izquierda) Venezuela era uno de los países más ricos de la región; ahora con estos inventores del socialismo del siglo XXI va en picada hacia un abismo insalvable. La actual articulación de un partido disfrazado de una ideología de izquierda dizque moderna, ha traicionado los principios que buscaban mejorar las condiciones sociales, económicas y políticas, básicamente de los menos favorecidos. Maduro y sus principales secuaces, Ejército y Policía, deberían sentarse a conversar con la oposición y delinear un plan de gobierno que dé inicio a la recuperación. Lo primero que debe hacer el dictador es pedir perdón a Dios por haberle fallado y deshonrado a sus hijos. Lo segundo, un cambio de mentalidad, dejando de lado su prepotencia y amor desmedido al poder para entregarse por entero a la recuperación. Tercero: alejarse de sus análogos de la región y no secundar los protervos intereses de innombrables, que desde Europa siguen manipulando a timoratos, incautos y confundidos seguidores. Maduro como no es estadista debe hacerse asesorar por verdaderos conocedores de las ciencias políticas. Lo actuado lo convierte en un malhechor, que por el momento no ha sido y posiblemente no será castigado por la justicia de los hombres ni de Dios, quien no va a enviarlo al fuego eterno pues él ya está ahí, “porque al actuar mal y darse cuenta de ello, comprende que ya está siendo castigado, que se ha estropeado a él mismo voluntariamente”. (F. Savater).
Efraín Flores Batallas