Cartas de lectores | Reflexionando ante la Semana Santa
Dale un sí confiado al plan que Dios tiene para cada uno de nosotros, sin olvidar que todas las vivencias
A propósito de la Semana Santa, hace pocos días tuve la oportunidad de escuchar a un historiador al que sigo por varios años, su testimonio acerca de cómo descubrió el sentido religioso de la Semana Santa. Me gustó tanto que quisiera compartirlo con quienes aprecio y sé que podrían replantrearse su forma de percibir la vida.
Como todos saben, este domingo 13 de abril no solamente es el día de las elecciones (en Ecuador) sino también Domingo de Ramos, con el que se inicia la Semana Mayor. Todo este simbolismo de la entrada de Jesús con sus discípulos a Jerusalén nos indica el momento de transición de un Jesús que camina entre los hombres y en el que se cumple el plan de Dios Padre para pasar a ser el Cristo que redime. ¿Cómo? Vamos a imaginar que somos nosotros y no Jesús quienes vamos a pasar por ese proceso.
Empezamos con el Jueves Santo. Ese día lo dedicamos a reflexionar en silencio; es el momento de darnos cuenta de que necesitamos del Cielo, ese donde está Dios, y no la tierra; al cual pertenecemos nosotros, con nuestras vanidades, egoísmos, resentimientos, etc., etc. Y aquí viene el primer paso: el desprendimiento al decirle a Dios : “que se haga Tu voluntad y no la mía”. Es confiar en su sabiduría, como lo hizo Jesús. Es empezar a desprendernos del yo. Pasamos al Viernes Santo, cuando al igual que Jesús al ser crucificado le dice a Dios: “en tus manos encomiendo mi espíritu”. Nosotros debemos resignarnos a aceptar lo que no entendemos. ¿En qué manos podríamos estar mejor que en las de Él? El Sábado Santo te preguntas qué quieres que muera en ti. Desciende al inframundo y mata todo lo que te hace sentir mal y que quisieras sacar de tu vida. Renuncia a lo que te detiene, a tus temores o a tu comodidad. Si no te gusta lo que ves en ti, imagina a un hombre nuevo. Reinvéntate. El Domingo Santo te preguntas qué quieres que resucite en ti, qué quieres que renazca en ti. Ahora sí, una ves definido qué quieres mejorar y lo que te gustaría ser y hacer, puedes resucitar a una nueva manera de entender la vida. Dale un sí confiado al plan que Dios tiene para cada uno de nosotros, sin olvidar que todas las vivencias, tanto positivas como negativas, han hecho de ti quien eres hoy.
Nicolás Crespo Jurado