Cartas de lectores: La reina de la Panchilla

Era la más pequeña de las albarradas, ubicadas en una amplia área al costado de la calle (Manglaralto, Santa Elena). Cada invierno el estanque se llenaba a rebosar y en su orilla los muyuyos y capaes florecían. Un rincón de esparcimiento donde acudían grupos de niños de 10 a 12 años, una bonita piscina natural para aprender a nadar. La albarrada del Cerrito, Chiriquima y la grande del sector Alberto Spencer, estaba en la misma dirección de la albarrada de Los gringos, que eran estanques para adultos. Los diferentes grupos de niños que acudían a la Panchilla eran de barrios cercanos de la ciudad. Se reunían los niños Tómala, Borbor, Reyes, Murga, Vera, Lino, Muñoz, Segarra, entre otros, para divertirse junto al estanque, nadando entre risas y juegos acuáticos. Nadaban por ratos, tirándose agua o haciendo piruetas. Otros al salir de la albarrada recorrían su orilla recogiendo muyuyo o capaes, avistando las aves. Entre los grupos figuraba una osada niña conocida como Lucía o Bebilandia, algo machona, como decían las abuelas, que se atrevía desafiando a nadar a los infantes; aunque ella no sabía, se arriesgaba. Por ser muy amiguera los niños entre juegos un día de invierno la eligieron reina de la Panchilla, le colocaron una corona de muyuyo y le ofrecieron un ramo de peregrinas rojas que crecían cerca. Como parte del evento se realizó un concurso de cometas; ganaron la que voló más alto y la más colorida. En el recuerdo solo quedan en un grupo de niños de los años 70 y sus hazañas en torno a las albarradas.

Evelio Patricio Reyes Tipán